El mito de la caverna
Como amante de la filosofía el ¨Mito de la caverna de Platón” ha sido un referente en mi vida y ha ejercido una influencia considerable. De alguna manera la alegoría de la caverna nos recuerda los peligros de vivir prisioneros de la mente condicionada a lo aparente (sombras, recuerdos) y dar la espalda a la luz (innovación, creatividad, conocimiento) como fuente de progreso y evolución.
En algún momento de nuestras vidas todos hemos sido conscientes de lo difícil que resulta hacer frente a procesos de cambio y transformación que sin embargo son indispensables para seguir avanzando.
Prisioneros por supuestos ya caducos insistimos en mantenernos encadenados al pasado creyendo que lo único que existe es la realidad de lo conocido. Incapaces de soltarnos los grilletes de lo que “fue”, confundimos la proyección de nuestras sombras, de nuestros recuerdos acreditados, con la realidad que observamos. Nuestra ceguera contagiosa sesga nuestra visión y nos impide reconocer nuestra inopia cognitiva y debilidad frente al cambio. Ni vemos ni dejamos ver.
¿El resultado?
Duda, confusión, incertidumbre, angustia, ansiedad, todas ellas reacciones vinculadas al miedo a lo impredecible.
El siglo XXl se expresa a través de movimientos rápidos y cambiantes. Saber ajustarnos a su velocidad es un requisito imprescindible si lo que queremos es manejar el cambio con éxito. Hasta hace poco creíamos que la estabilidad y la firmeza eran sinónimos de permanencia y continuidad pero hoy las cosas no funcionan así. Vivir conlleva un proceso de actualización constante.
Sin embargo, existe en todos nosotros un mecanismo innato de supervivencia que nos impone mantenernos apegados a lo ya conocido (la caverna) Y es precisamente esa misma seguridad en lo que “fue” la que nos impide ver las cosas con claridad y seguir avanzando haciendo frente a los impredecibles misterios de la existencia.
No actualizarse es sinónimo de estancamiento, debilidad y muerte y eso ocurre en todos los ámbitos de nuestra existencia y especialmente en el mundo de las organizaciones donde los
procesos de cambio representan un desafío diario y exigen mayor capacidad de reacción y respuesta.
Una organización que aspira a mantener su crecimiento, tiene que hacerse cada vez más consciente y permitir que la luz de la inspiración, el albor del conocimiento ilumine los periodos de oscuridad que para muchos supone enfrentarse al cambio y aceptar una nueva forma de tomar decisiones y hacer. Sin caer en la tentación de permanecer atados a la ignorancia ni de mantenernos aislados en el interior de la caverna. Viviendo una realidad ilusoria repleta de sombras y oscuridad.
Reconocer nuestra manera de orientarnos en procesos de cambio se convierte en una necesidad tanto individual como colectiva que demanda la urgencia de un liderazgo transformacional que nos ayude a recuperar el sentido y darle valor a nuestra vida, a nuestra organización. Con un tipo de liderazgo que expanda la conciencia e invite a la consecución de un proyecto de futuro claro e inspirador. El cambio es de uno y de todos.
La buena noticia es que hemos nacido para brillar y elevarnos a la altura de nuestro potencial latente. La luz está ahí fuera, esperando ser reconocida. Así que abandona el mundo de las sombras y sal de la caverna. Ilumínate.
La clave para alcanzar tu éxito personal, de lograr tus objetivos de realizarte como persona, de vivir en bienestar de contribuir a tu salud, depende en gran medida de tu estado interior.